martes, 11 de diciembre de 2012

La justicia es prostituta y le encanta.

Creo que por primera vez en el 2012, un conflicto político-social logra disolver la lucha de bandos, y reunir a todos sin importar de qué lado se habrían sentado suponiendo que hubieran estado en la asamblea de Versalles de 1789. Pareciera sonar alentador, pero el problema que los (nos) convoca es terrible.

Resulta que en el 2002 secuestraron a una chica en Tucumán, de masomenos mi edad. Durante todo este tiempo, se habló de la posibilidad de fuera víctima de la trata de personas, o sea, que estuviera ejerciendo la prostitución -claramente- contra su voluntad. Pocos días más tarde, se la encontró en tacos y cartera, a varios kilómetros de donde se la había visto por última vez.
Se comenzó a profundizar la investigación, y dieron con unos cabarets de La Rioja, repletos de nombres artísticos y angustias que retuercen cualquier corazón.
Por suerte, frente a todo el panorama duro y negro, un par de grietas intencionales pudieron liberar a algunas chicas, e iniciar una lista de sospechosos.
Hasta ahora el caso parece tener rumbo, ¿no?
Hago un paréntesis. Hace poquito se recibieron de abogados un par de amigos. Hicieron una fiesta y fui. Las chicas tenían remeras que decían "Para lenta está la justicia". Lo positivo es que me resultó gracioso y ocurrente, lo negativo es que también cierto.
Hago otro paréntesis y abro corchetes porque ya son dos. Si sos corto como yo, seguro te habrá costado aprenderte cuándo se usaba eficiente y cuándo eficaz. Buen, para escribir esto busqué otra vez. Se es eficiente cuando se optimizan los recursos para lograr tal objetivo, y eficaz cuando simplemente se alcanza. Acá sólo juega la capacidad de lograr algo.
Cierro paréntesis. Cierro corchetes. Relaciono. Dejo de narrar lo que estoy pensando.
Es así, la justicia en términos utópicos debería ser eficiente, pero bajada a la realidad, debería ser por lo menos eficaz. Si fuera lenta como se veía en las remeras, y cumplidora, podríamos objetar contra sus tiempos, aunque por lo menos tendríamos resultados. Pero no, ni eso.
El juicio por el caso de Marita comenzó en Febrero de este año, unos días antes de que otra causa dejara en evidencia la ineptitud de quienes nos representan. Hasta este miércoles, tuvo 13 acusados (7 hombres y 6 mujeres) vinculados al secuestro y a la trata. 150 testigos. 1 madre que ya tiene 10 años de desaparición de su hija encima y sigue firme, fuerte.

Este miércoles 11 de Diciembre de 2012, la cámara penal de Tucumán emite su veredicto: los 13 imputados quedan absueltos. 150 testigos, ¿se acuerdan? Pero la borrachera de poder pudo hacer cómplice a más de uno, en más de una oportunidad. Sin clientes no hay trata, pero sin la corrupcón de esos hombres en la tarima que deberían dar el ejemplo y hacen todo lo contrario, tampoco. Son las típicas no-tan-típicas putas de tarima.


Yo diría que la justicia, además de lenta y paradójicamente injusta, es puta.







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